Encuentro Rao Caya. Arte, Naturaleza, Ciencia, Tecnología, Sociedad
El encuentro que vivimos en Rao Caya no fue centrado en el arte, tampoco fue centrado en una interdisciplinareidad que pudiera sugerir el título del encuentro, sino que desde lo que viví diría que fue ante todo centrado en el territorio y en un estar ahí, inmersxs en la naturaleza del lugar, en la potencia de estar en el paisaje, en el frío, los sonidos, los árboles; o mejor dicho estar inmersxs en la vida, la vida que está en todo y en nosotrxs mismos, en esa unión indivisible que en la palabra “naturaleza” se quiebra, al suponerse en una separación con lo “humanx”, en un contexto en que la vida está amenazada por una crisis global que se hacía presente en la desolación de ver el estero de Pichi seco por el robo del agua a manos de los intereses mineros. Un encuentro de arte en que el arte perdía toda forma y protagonismo, como decía Omar (que todxs escuchamos en profundo silencio sus palabras, que son pocas y poderosas), que a él como pintor el estar ahí le ha significado elegir entre arreglar un motor o pintar, poniéndose ambas acciones en un mismo nivel de potencia creadora, ya que las prioridades cambian al dejar que un espacio te habite al habitarlo: la creatividad se vuelca hacia la sobrevivencia frente a un entorno y el arte se vuelve la vida misma, indivisible de un lugar y todxs los seres que lo habitan. Y eso fue lo que pudimos vivir esos tres días que duró el Encuentro.
Había una tabula rasa en que cientificxs, artistas, sabixs locales y activistas compartimos sin cuestionar el estatuto de cada disciplina o saber, los que no se sentían nisiquiera como puntos de vista: todas las charlas, conversaciones, instalaciones y exposiciones eran parte de un todo, dando la sensación profunda de que estábamos ahí cada unx compartiendo sus saberes y experiencias ante todo como humanxs sensibles frente a la vida. La poética del arte fluídamente pasaba a la poética de la ciencia, o las experiencias a los saberes ancestrales, de ahí al fuego que daba el calorcito necesario o a la sombra de los árboles que acogieron a las charlas, o a los cambios de luz durante las jornadas junto a la poderosa presencia del paisaje rodeadxs de montañas.
De como el reino funga invisiblemente conecta toda la vida a los abrazos entre animales y humanxs en las tumbas diaguitas de El Olivar; de los olores de las hierbas medicinales para hacer tinturas madres a la belleza extrema del registro visual de una flor girando; de escuchar con asombro el sonido que emiten los cristales y ver sus procesos de crecimiento como seres vivos a la profundidad de la imagen del hueco de una silueta del cuerpo de una mujer rodeada de plantas -hecha simplemente para acostarse ahí a sentir con ellas-; de la experiencia de tres espacios diferentes en tres países latinoamericanos distintos que en cada contexto hacían de la relación con el lugar una transformación radical hacia la vida (Selvatorium, Minkalab, Parque Escuela); o de pasar de la primera acción de una geometría sagrada dibujada en el suelo a terminar haciéndolo con la energía de 70 niñxs de la Escuela de Pichi, que rezaron al lugarcito donde al fondo de un gran hueco se escuchaba un agua invisible con un cartel de madera que decía “al agua se le admira de cuclillas”, creando también lxs niñxs un gran altar lumínico. Y todo esto mientras estábamos atentxs a cada gesto de la Juanita, la más pequeña participante del Encuentro, y que al mismo tiempo que aprendíamos y compartíamos importaba tanto no tener que tirar la cadena para contaminar algún río o el mar por el uso de un baño seco, o que la poca agua que usábamos terminara directamente en la tierra, o el comer, o el dormir, o que cerráramos el encuentro en la importancia creadora detallada de hacer una banca para una acción tan cotidiana como sentarse en un lugar determinado a descansar, contemplar o conversar. Y estar nomás, estar vivx.
Del 9 al 14 de mayo 2019, Rao Caya, Cordón Catillana, Región Metropolitana.
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Acerca de Rao Caya
Informe Residencia Rao-Caya, 1 al 15 de mayo 2019, Pedro Soler
Invitadxs: Pedro Soler (Artista residente, Ejercicio avistamiento de aves, Conversatorio “Proyectos rurales ANT”, BancaVista #1, Banca Vista #2 YJOPCY) / María Jose Rojas (Intervención- dibujo en el paisaje, Charla “Buscando un puente de comunicación Humano-vegetal”, Taller de land art para los 70 niños de la Escuela de Pichi) / Paola González (Charla “Arte, simbolismo y muerte en el sitio arqueológico El Olivar”) / Mónica Bate (Instalación La vida de los Cristales) / Mónica Bate + Fundación Flores (Charla “Laboratorio Flores como plataforma para el cruce de la ciencia y el arte”) / Flavia Bustos Henríquez (Charla “Sendero Cecrea, Pichidegua-Pichi, tesoro natural”) / Claudia González (Taller de Tinturas Madres) / Héctor Capossiello (Charla “Selvatorium”) / Gabriel Vanegas y Katharina Klemm (Charla Streaming “Minkalab”) / Patricia Silva-Flores (Charla “La Flora y la Funga del Esclerófilo”) / Colectivo 22bits (Instalación “El agua se escucha de cuclillas”) / Pamela Figueroa y Michele Alarcón “Proceso de trabajo de Parque Escuela, de basural a parque comunitario ecológico” / Ninoska Pinochet / Omar Gatica-Rao Caya (Conversatorio “Proyectos rurales ANT”, Taller de land art para los 70 niños de la Escuela de Pichi) / Yto Aranda-Rao Caya (Conversatorio “Proyectos rurales ANT”, Taller “Altar Gratitud”, CECREA Pichidegua).
P. F.