Desde los inicios artísticos de Claudia González Godoy la elección de recursos tecnológicos de bajo costo, la autoconstrucción de dispositivos como rescate de la manualidad de la artesanía, el ingenio del bricoleur; la enseñanza como un engranaje más dentro de su producción artística, serán algunas de las constantes que acompañarán sus proyectos en donde, además, la reflexión por el territorio y sus determinaciones culturales, económicas y políticas se harán cada vez más elocuentes desde distintas estrategias tecnológicas y poéticas.
Asimismo, en su trabajo se aprecia una preocupación por la materialidad la que se despliega no sólo en el uso poético y físico de determinados elementos con que trabaja -como el agua, las papas, los circuitos, los juguetes, el papel- sino además por el formato escultórico que adquieren sus instalaciones. Por otro lado, en la elección de estas materialidades con que trabaja está la intención de ponerlas a prueba en procesos de transducción que le permitirán la transformación de lo físico en sonido.
Tanto desde su práctica artística como docente se ha interesado en el rescate de saberes marginados del discurso de las ciencias y la tecnología dominante. Ya en trabajos como Hidroscopia, observamos el rescate de ciertas prácticas como la rabdomancia y la radiestesia; y por los oficios populares o saberes ancestrales, recreando en sus procesos de trabajo prácticas asociadas a la artesanía o el taller de barrio.