Illasamay. Exposición de aruma – Sandra De Berduccy en Festival Panoràmic de Barcelona.
Hasta el 24 de noviembre se puede visitar la exposición Illasamay, de la artista e investigadora boliviana aruma – Sandra De Berduccy, comisariada por la especialista en artes mediales, Valentina Montero, directora de PAM / Plataforma Arte y Medios. La muestra forma parte del Festival Internacional Panoràmic, dirigido por el reconocido artista y teórico Joan Fontcuberta, Laia Casanova y Albert Gusi.
La obra de aruma –que fusiona textil andino y tecnologías electrónicas y digitales- se ha emplazado en un lugar muy particular: L’Adobería, un sitio arqueológico que data del siglo XVII, dedicado entonces a la curtiembre y teñido de cueros.
Entre ruinas de tinajas de piedra y protegidos por lo que fuera el muro del casco antiguo de la ciudad medieval de Granollers, flotan los textiles lumínicos realizados por aruma, hace muchos años y muy lejos. Y es que la mayoría de las piezas exhibidas en la ciudad catalana, fueron tejidas bajo la luz de las estrellas en territorio Lupaca, en el Bosque de Capinota, cerca de Cochabamba, Bolivia.
Entrar en L’Adobería ofrece una verdadera experiencia sensorial. Para apreciar las obras, primero es necesario acostumbrar los ojos a la oscuridad. De a poco, se empiezan a apreciar las tramas de los tejidos y los colores iridiscentes que cambian de acuerdo a la presencia de la audiencia.
Este recorrido lento, entre la sombra y los destellos de las fibras de LED, es abrazado por una música envolvente y sutil. Se trata de una “sonificación de datos” realizada por el artista uruguayo Brian Mackern, quien colaboró para esta exposición brindándonos una sonificación del sol. Es decir, una interpretación de los datos de nuestro astro: distancia, luminosidad, espectro electromagnético, traducidos a timbres y frecuencias. La pieza dura 8 minutos y 20 segundos. Lo que los rayos del sol en llegar a la tierra.
Junto a la muestra se realizó la tercera versión del Coloquio Hibridaciones temporales, espacio que invita a artistas y teóricos a dar a conocer sus investigaciones caracterizadas por los cruces disciplinares y la experimentación con materialidades y estéticas diversas donde convergen temporalidades, identidades y culturas. El III Coloquio Hibridaciones temporales tuvo lugar en la Universidad de Barcelona y contó con el apoyo de la Dra. Pilar Rosado académica y artista.
El proyecto expositivo contó con el apoyo del Fondo de Circulación de la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la Universidad Finis Terrae; el Fondo de las Artes del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, y el Fondecyt de Iniciación 1123049.
Fechas: Del 10 de octubre al 24 de noviembre
Lugar: L’Adoberia, Plaça de l’Església. Granollers.
A continuación les compartimos el texto curatorial escrito por Valentina Montero.
Sandra De Berduccy, conocida como aruma, nos sumerge en una propuesta artística que fusiona la experimentación material con la investigación histórica, arqueológica y antropológica, tomando como eje el telar andino. En su obra, el textil se presenta como un ensamblaje de alta complejidad tecnológica, social y simbólica. Aruma revitaliza esta práctica tradicional. Su dominio en el arte de urdir hilos la ha motivado a experimentar con materialidades inusuales de origen industrial como la fibra óptica, cobre, luces LEDs; dispositivos como sensores de oscuridad y microprocesadores, que combina con lana de alpaca, oveja o yute, cactus, en una búsqueda por resaltar los flujos de energía que contiene el acto de tejer, el dinamismo de los hilos en la rueca, la potencia transformadora de los tintes.
Aprender a tejer en telar ha sido para muchas generaciones de tejedoras no solo un medio de subsistencia, sino además una herramienta epistemológica, es decir, una manera de comprender el mundo de acuerdo a secuencias, diagramas y patrones. No es casual que los sistemas informáticos actuales tengan su origen en el telar que en 1801 Joseph Jacquard convierte en una máquina programable. Este, a su vez, se basó en una tradición textil milenaria. Ya en la antigüedad, las civilizaciones egipcia y babilónica usaban tablillas perforadas como sistematización de códigos binarios para tejer.
La originalidad del proyecto de Aruma radica en esta comprensión del telar andino desde una perspectiva contemporánea. Su trabajo nos permite identificar las equivalencias entre la tecnología textil y la informática, y con ello reconocer una genealogía común entre el hilado de las tejedoras y el desarrollo de la computación, abordando las nociones de código y algoritmo desde el estudio de las antiguas técnicas de tejido andino de las culturas Wari, Tiwanaku (500-900 d.C.) y Chimú y Chankay (900-1400 d.C.) que la artista ha investigado en profundidad. Aruma se considera una continuadora de una práctica que, aunque aún palpita y se transforma en las comunidades andinas, corre el riesgo de desaparecer bajo la sombra de la hegemonía tecnocientífica y neoliberal impuesta por los procesos de colonización política y epistemológica que aún no han terminado.
Su trabajo, que comenzó hace más de veinte años, es una exploración donde convergen estética, historia, filosofía e informática. Esta fusión amplía nuestra visión del arte, el diseño, la ciencia y la tecnología, desmantelando las viejas dicotomías entre arte/artesanía, naturaleza/tecnología. Además, su obra nos invita a apreciar otras derivas que las tecnologías han tenido en distintas culturas, permitiéndonos especular sobre otros senderos que puede tomar la tecnología en el futuro. Por ello, resulta significativo que su trabajo se exhiba en L’ Adoberia de Granollers, sitio arqueológico que nos permite apreciar la cultura material que va construyendo historias.
Illasamay es una palabra compuesta, de origen quechua, que podría traducirse como “soplar con energía resplandeciente“. Con esta expresión queremos aludir a un concepto aún más amplio del tejido. Las fibras de energía que desde el sol hilan la vida en nuestro planeta; las conexiones entre el mundo material, orgánico e inorgánico y sus extensiones al universo significante y simbólico con que la humanidad da sentido a las cosas, desplegándose en nuestras creencias ancestrales hasta las nuevas mitologías asociadas a la cultura digital. En la era algorítmica, estas antiguas tramas se entremezclan con nuevas narrativas, donde los bytes y los píxeles se convierten en las hebras de un nuevo telar, resonando con la misma esencia luminosa de Illasamay. Así, soplar con energía resplandeciente se convierte en un acto de creación continua, borrando fronteras entre pasado y futuro en un tejido viviente que nos invita a redescubrir nuestro lugar en el universo.