Sensible al código: Un viaje hacia la conexión universal
Tatiana Julio
PAM Plataforma Arte y Medios.
Fondecyt 11230449
“A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos”¹
Borges.
Dentro de los relatos que componen Los Artificios de Jorge Luis Borges, publicados como segunda sección en Ficciones² encontramos el cuento El Sur (1953), su último texto escrito a puño y letra antes de declararse completamente ciego en 1955. Aquel relato alegorizado, encarna la necesidad inherente del ser humano por alcanzar y conectar con su origen primario antes de su inevitable encuentro con la muerte. Una búsqueda de identidad que se manifiesta mediante una ilusión sostenida, la desconexión y abandono del cuerpo físico que conduce al protagonista hacia el autodescubrimiento; a las raíces y, en consecuencia, a un mayor entendimiento de la existencia y del mundo al cual pertenece.
Dichos cuestionamientos parecieran presentarse de forma natural en el ser, sabemos que en diversas culturas prehispánicas del sur global se han desarrollado rituales con vista hacia la remediación. Tal es el caso del pueblo Shipibo-Konibo, ubicado en la Amazonía peruana, quienes a través del kené, se acercan y nos acercan, al reencuentro del universo físico con el universo espiritual. A medida que envejecemos tratamos de comprender los vínculos que nos hacen sentir presentes, vivos y, asimismo, tratamos de restablecer el flujo de energía que nos conecta con lo esencial de la existencia.
Actualmente nos movilizamos en juegos sensoriales que separan y anulan la dimensión inmaterial, negando la energía que se encarga de dar vida a la materia misma y que yace al interior de todo cuerpo. Tal vez, un posible retorno hacia la conexión universal se encuentre en la reconciliación con el pasado y las costumbres ancestrales, en el abandono de los artificios y, paradójicamente, de las ficciones que recubren el presente.
De este modo, el viaje hacia lo primigenio y atávico se vuelve fundamental para acceder al vínculo inquebrantable que existe entre mundo material e inmaterial, un paso imprescindible en la evolución de lo individual a lo colectivo. Circuito expandido, exposición del proyecto Sensible al Código, dirigida por la artista María Jesús Schultz en barco galería, bajo la curatoría del arquitecto Fernando Portal y la museografía de Juan Pablo Torrealba, nos propone una serie de reflexiones y ejercicios multisensoriales que nos conducen a la comprensión y remediación de aquello que fue desplazado producto de la división entre planos. De esta forma, mediante sistemas visuales, auditivos y táctiles, los espectadores son invitados a participar de obras que surgen como resultado de un proceso investigativo/experimental desarrollado por la artista en torno a las posibilidades que existen para acceder a la reconstitución del flujo continuo de energía del cual somos parte.
A partir de una visualidad anacrónica y estrategias interdisciplinares Schultz nos invita a la interacción por medio de piezas instalativas e intervenciones que derriban los límites entre lo orgánico y lo inorgánico, entre lo animado y lo inanimado y, sobre todo, se encargan de eliminar los límites entre lo humano y lo no-humano³. Asimismo, son capaces de hacer de lo visto algo táctil, de lo escuchado algo visual, y de lo tocado algo a la vez sonoro y visual y, es justamente aquí donde encontramos el imaginario y referente principal desde el cual surgen las obras que conforman esta exposición.
Específicamente, el arte chámanico del pueblo Shipibo-Konibo es una referencia tanto visual como conceptual y espiritual en las piezas que recorren la obra de Schultz, un imaginario que también funciona a modo de referencia metodológica desde la remediación: la noción de dar remedio a un cuerpo mediante experiencias de interacción que nos llevan a conocer algo nuevo sobre el mismo y la acción de pasar de un medio a otro a través de códigos visuales, táctiles y sonoros.
Las obras que forman parte de Circuito Expandido destacan relaciones materiales, objetuales y corporales que nos conducen a una interacción constante, acciones desde las cuales surgen diversos efectos que poseen la capacidad de modificar la percepción; cuestionando el modo en que nos involucramos, cómo nos entendemos y cómo nos afectamos unos a otros en el contacto cotidiano.
Los bordados multisensoriales del pueblo amazónico han sido una forma de conectar con aquello invisible, inaudible e inmaterial que forma parte de la naturaleza. Estos son elaborados –tras el consumo de Ayahuasca⁴– durante rituales de sanación, dentro de los cuales, las y los chamanes elaboran diseños (Kené) en forma de patrones geométricos y repeticiones simétricas que se despliegan en un soporte, estos guían un canto (íkaro).
Estos rituales aúnan los sentidos mediante la visualización de formas que se encontraban invisibles en el espacio y que luego son traducidas al bordado; formas que se trazan y son interpretadas a través del tacto, para finalmente, transformarse en entonación, en un canto y la escucha del mismo. Sonidos, vibraciones, colores, líneas y caminos que nos conducen hacia una sabiduría ancestral, una cosmovisión que termina con la idea de otredad y, en consecuencia, abre paso hacia la nosotredad⁵.
La creación de piezas con características similares a las de un Kené amazónico son, conceptualmente, el punto de partida para las obras que forman parte de esta exhibición en donde las tradiciones de pueblos originarios se mezclan con la tecnología; generando un proyecto que logra el hito colaborativo entre la primera versión de la Bienal de Arte Textil y la 16ª versión de la Bienal de Artes Mediales.
Entre las obras podemos encontrar un patchwork textil de grandes dimensiones que surge del diseño y producción de un set de imágenes algorítmicas resultantes del entrenamiento de un modelo de aprendizaje maquínico Runway ML⁶. Este fue dotado con un dataset de 3.100 imágenes obtenidas de internet; agrupadas en tres categorías: fotografías aéreas y satelitales de minas de cobre en Chile, imágenes de mallas de cobre e imágenes de circuitos electrónicos de cobre, una fase de experimentación desde la cual se obtuvo un total de tres imágenes que se consolidaron como imagen circuito para ser parte de las interfaces del proyecto⁷.
Precisamente esa imagen circuito es la que se repite en los 350 x 200 cm de extensión de tela que componen la obra, la cual, se subdivide en 28 módulos conductivos de serigrafía con tinta de grafito, dispuestos en retícula y separados en grupos de 14 unidades que conforman dos polos. A su vez, ambos polos se encuentran conectados a un oscilador sensible que activa el sonido cuando una persona –o una cadena de ellas– toca simultáneamente los polos, cerrando el circuito⁸.
Dicho proceso dio como resultado una cortina conductiva, la cual se encuentra suspendida desde el techo –al costado derecho– de la galería y nos invita a la experiencia de oír el encuentro entre la energía natural que recorre cada parte del cuerpo humano y la energía de los materiales con los que nos relacionamos a diario, en este caso, oímos el sonido resultante del contacto entre el cuerpo y un mineral originalmente untuoso y metálico como el grafito.
La imagen circuito que compone la obra nos recuerda un imaginario que se ha construido en torno al impulso por identificar y dar forma a la energía que nos conecta, al movimiento temporal –continuo– que reúne pasado, presente y la idea de futuro en una sola partícula de tiempo, un impulso que, evidentemente, ha generado diversas estrategias representacionales desde las cuales podemos reconocer ciertos patrones estéticos.
Sin ir más lejos, existen algunos arquetipos que hemos podido ver, por ejemplo, en clásicos cinematográficos de la segunda mitad del siglo XX, entre los que encontramos El resplandor (Stanley Kubrick, 1980) y 2001: Odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968). Películas en las que no sólo se nos presentan argumentos que nos conducen hacia cuestiones propias de la existencia, lo espiritual y el reconocimiento de las energías que se mueven más allá de la superficie, sino que además poseen atmósferas introspectivas sostenidas por la geometría, los cantos ancestrales, la repetición de formas y una visualidad determinada por la búsqueda incesante de composiciones simétricas –características en la filmografía de Kubrick–.
Precisamente estos puntos son los que ilustran a la perfección la importancia del cuidado de las formas y el sonido al momento de construir analogías sobre el autodescubrimiento, la trascendencia, los límites de lo físico y la evolución del ser humano hacia lo espiritual.
El anhelado retorno al origen y la deseada conexión con el universo se abren paso a través de aquello que nos resulta invisible a la vista, aquello que existe más allá de la superficialidad del espacio habitado y que, tal vez, se encuentra escondido dentro de la estructura básica de las formas, la energía y el sonido. Es posible que nos resulte difícil tener conciencia del modo en que los cuerpos se afectan unos a otros al momento de establecer contacto; no podemos verlo, no podemos oírlo, pero es una fuerza que sabemos existe.
A partir de estas inquietudes, y certezas, surge una instalación que se ubica al centro de la galería, la cual consta de dos estructuras de malla ACMA, sumado al ensamblaje de diversos objetos que funcionan como conductores: frutas, verduras, circuitos electrónicos, cobre, objetos cotidianos, –y otros no tanto– entre otros materiales.
A nivel estructural, la malla ACMA funciona como una red o un protoboard en donde se tejen los diferentes objetos que componen y consolidan cada uno de los polos del circuito. Además, los dos ensamblajes (polo A y polo B) se encuentran conectados a un oscilador sensible que emite sonido cada vez que una persona o una cadena de ellas, toca simultáneamente un elemento de cada polo, de este modo se completa el paso de la energía entre los cuerpos y se cierra el circuito⁹.
Finalmente, encontramos Dos botellas de Klein y un maní, pieza que, además de tener un muy buen y acertado título, posee la particularidad de haber sido realizada directamente sobre dos de los muros de la galería. La composición incluye tres dibujos de gran formato, estructuralmente delineados con pasta conductiva de grafito, siendo uno de ellos el polo A (cable amarillo) y dos de ellos polos B (cable rojo) conectados a un oscilador sensible, que activa el sonido cuando una persona o una cadena de ellas toca simultáneamente los polos, cerrando el circuito¹⁰.
Dos botellas de Klein y un maní, –al igual que todas las obras que componen Circuito Expandido– es una invitación a comprender la interacción como acción y reacción mediante la sumatoria de los sentidos. Juegos que restablecen y evidencian aquellas conexiones que, probablemente, nunca debimos dejar atrás porque en el intercambio de los sentidos está el goce y la introspección, –siempre necesarios– pero también el aprendizaje y el conocimiento.
Somos eternos buscadores de sentido, ansiosos por encontrar aquello que nos conecta, ahí yace la importancia de remediar lo que se manifiesta a los sentidos de la vista, el tacto y el oído¹¹ y que en esta exposición, se presenta desde ejercicios que son enfrentados como prácticas que restablecen conexiones perdidas en el espacio, el traspaso de lo sensible y lo codificable de un medio a otro, y también como la capacidad de dar remedio¹².
Seguramente cuando logremos ser nuevamente uno habremos alcanzado la cura para todo, nos encontraremos al final de la calzada y, como bien dice Juan Dahlmann, –protagonista del relato de Borges– quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo y más firme¹³.
La muestra Sensible al Código se realizó entre el 3 de noviembre y 2 de diciembre de 2023 en Barco Galería y fue parte de programación de la 16ª versión de la Bienal de Artes Mediales de Santiago y la 1ª versión de la Bienal de Arte Textil, 2023. Concepto y dirección: María Jesús Schultz. Curador: Fernando Portal, Director del Núcleo de Lenguaje y Creación, UDLA. Curadores Bienal de Artes Mediales: Maya Errázuriz y Ricardo Loebell. Curador Bienal de Arte Textil: Matías Allende. Museografía: Juan Pablo Torrealba. Electrónica: MCI Electronics.
María Jesús Schultz (1987) Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile (2014) y Magíster en Estudios de la Imagen de la Universidad Alberto Hurtado (2019). Actualmente se desempeña como artista, investigadora y docente. Como artista, su desarrollo es diverso y corresponde al ámbito experimental con un particular interés en el arte gráfico, el collage, el ensamblaje, el uso de materiales orgánicos y tecnologías. Desde el 2007 es co-fundadora del colectivo de serigrafía y encuadernación @domingo_siete. En 2021 participó de la residencia artística del Núcleo de Lenguaje y Creación UDLA con el proyecto colaborativo Sensible al código que continúa en la actualidad. Como investigadora, trabajó en 2019 y 2020 en la asesoría técnica del proyecto Fondecyt Imágenes Invisibles dirigido por Claudio Celis. En conjunto, publicaron tres artículos en revistas indexadas y desarrollaron la web imaginacionmaquinica.cl. En el 2021 participaron de Ars Electronica Garden Valdivia con la sección Data Extractivism. Como docente, realiza clases universitarias desde 2015 en artes visuales, teoría del arte, ingeniería en diseño y arquitectura.
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¹ Ficciones, Artificios, El Sur. Pág. 208. Borges. Decimoquinta reimpresión, Alianza Editorial, 2009.
² 1944; aumentada, 1956.
³ Texto de sala, Circuito Expandido. Sensible al código. Fernando Portal, 2023. Texto completo en: https://nucleo-lc.org/2023/11/03/sensible-al-codigo-circuito-expandido-de-maria-jesus-schultz/
⁴ Kené, diseño y bordado Shipibo, Ida Ramos. https://www.youtube.com/watch?v=Iwsywb9w-WQ
⁵ Portal, Fernando; Schultz, María Jesús. “Sensible al código. Methodological transference between ancestral knowledges and new means of dividuation”. Artnodes, 2023, Num. 31, pp. 1-12, https://doi.org/10.7238/artnodes.v0i31.402823.
⁶ Plataforma de creación de imágenes y videos con Inteligencia Artificial.
⁷ Dataset inicial: David Aveiga. Entrenamiento y Producción de imágenes con IA, Consolidación de imágenes circuito: Juan Pablo Torrealba. Clasificación y Organización de datasets, Selección de imágenes: María Jesús Schultz. 2021.
⁸ Diseño y circuito gráfico: Juan Pablo Torrealba. Serigrafía: María Jesús Schultz y Juan Esteban Reyes. Manufactura patchwork: Matías González. 2023.
⁹ Colección, Disposición de objetos, Diseño de la experiencia e Implementación de oscilador: María Jesús Schultz. Diseño de estructuras: María Jesús Schultz y Juan Pablo Torrealba. Elaboración de estructuras: José Bermúdez. 2023.
¹⁰ Primera versión de botella de Klein, Diseño de maní, Disposición en muro, Diseño de Experiencia e Implementación de oscilador: María Jesús Schultz. Nueva versión de botella de Klein: Cristián Toro.
¹¹ Texto de sala, Circuito Expandido. Sensible al código. Fernando Portal 2023.
¹² Texto de sala, Circuito Expandido. Sensible al código. Fernando Portal 2023.
¹³ Ficciones, Artificios, El Sur. Pág. 209. Borges. Decimoquinta reimpresión, Alianza Editorial, 2009.