
Valentina Villaroel
Artista sonora y cultora de la música experimental de Concepción. Co-directora de AOIR Laboratorio Sonoro y de Bowerbankii Osciladores.
Fotografía de Karen Baher
Biografía
Valentina Villaroel (Concepción, Región del Bío Bío, 1981)
Comunicadora Audiovisual de formación, Valentina Villarroel ha desarrollado un cuerpo de obra en torno al sonido. Artista sonora y artista educadora, con formación en Bioacústica Aplicada al Bienestar Humano y Animal, práctica que actualmente la mantiene en constante estudio. Ha explorado el sonido como testimonio de la historia, y en ese sentido se desenvuelve como paisajista sonora.
Sus trabajos abordan principalmente recorridos por los territorios de la Región del Biobío, y políticamente desde la puesta en relieve de los espacios de la naturaleza, la flora, la fauna y la geografía sureña, partes fundamentales de los conflictos ecosociales.
Enfoque artístico
Su trabajo se extiende desde la música experimental, las grabaciones de campo, el paisaje sonoro, la fabricación de dispositivos electrónicos y aparatos de bajo voltaje. Hace más de una década recolecta sonidos, involucrándose –también– con técnicas que utilizan las bajas tecnologías como material principal de construcción.
Ha desarrollado proyectos musicales en solitario. Por otra parte, junto a Camila Cijka conforma –desde 2014– el Colectivo AOIR. Espacios desde los cuales han surgido instalaciones sonoras, cartografías sonoras y caminatas de escucha que funcionan como talleres grupales pero que, al mismo tiempo, funcionan a modo de ejercicios personales. Viajes en conjunto que permiten descubrir y explorar los sonidos presentes en los ecosistemas; la relación entre sonido, seres vivos y diversos ambientes.
Además, se ha dedicado a impartir talleres sonoros donde la experimentación ha sido fundamental para la elaboración de dispositivos, y la retroalimentación entre artistas afines, tanto a la electrónica como al sonido. Un trabajo que actualmente se ha volcado a la documentación y conservación de los diversos paisajes sonoros presentes en el sur de Chile, una búsqueda constante que pretende documentar los sonidos, dar cuenta de un contexto y las problemáticas propias de cada territorio, una forma de denuncia.
Obras relevantes
“Mares” 2018. Exhibiciones: Concierto Radial “Mares” Festival Tsonami. Valparaíso, Chile. 2020.
“Mares” reúne nueve tracks de sonido dentro de los cuales se encuentran distintas grabaciones de campo donde se refleja el paisaje sonoro de diversas playas de Chile, con especial énfasis en las que se encuentran en la región del Biobío.
El resultado de dichas grabaciones es una compañía sonora evocadora, tracks que van aumentando de intensidad y activando paulatinamente, uno a uno. Los paisajes sonoros fueron registrados con sonido estéreo, por lo que además del sonido del océano, se produce un encuentro que da paso a una ilusión de profundidad dentro de cada pieza. Olas que se retiran, se encuentran con olas que llegan, gaviotas que vocalizan mientras se oyen familias a lo lejos, niños jugando, el canto de las aves y el mar siempre como sonido de fondo.
Dentro de las actividades de Festival Tsonami (2020), se dio paso al Concierto Radial “Mares” (dos tracks), de esta forma fue posible establecer –tal como en el álbum– sonidos de la naturaleza, del océano y las actividad que lo rodea, la vida, un conjunto de frecuencias que son rehabilitadoras, estabilizadoras, tanto a nivel mental como físico.
Estos paisajes sonoros son un reflejo de que cada lugar suena distinto, cada espacio tiene su propia estructura sonora; los animales, los insectos, la vegetación, el océano, etc. Del mismo modo, en la ciudad coexisten sonidos de automóviles, transporte público, maquinaria, flujos incesantes de personas en las calles, voces, bocinas, etc. Somos susceptibles a estos sistemas, influenciados por los estímulos sonoros externos dado que los lugares interactúan, se comunican con nosotros.
“18 DE OCTUBRE (Chile Despertó)” 2019.
Disponible en: https://valentinavillarroel1.bandcamp.com/album/18-de-octubre-chile-despert
Este álbum surge del registro fonográfico realizado durante el periodo desde 18 de octubre de 2019 en adelante. Un total de cincuenta tracks documentan –y difunden– las sonoridades de las comunas del Gran Concepción en el marco de un Chile en estado de rebeldía.
Una documentación sonora que resume lo que ocurrió y se mantuvo durante largos meses en todo el país. La suma de los archivos de sonido se transforman en un relato del despertar que tuvo el pueblo chileno ante la dictadura y la represión ejercida por parte de las fuerzas del estado. Archivos que sirven de testimonio; muestras de espacios acústicos urbanos, tomados por las miles de personas que se alzaron desde la indignación y lucharon incansablemente en las calles.
Un universo sonoro que existe –y que existió en ese momento–, y fue la principal materia de creación para el álbum, el paisaje sonoro de espacios acústicos urbanos y sus ecos de lucha.