Cómo describir a alguien que no conoce la lluvia, la dicha de pisar el barro:
Lo imposible solo es una posibilidad aún no explorada
“Al principio se creyó que Tlön era un mero caos,
una irresponsable licencia de la imaginación;
ahora se sabe que es un cosmos.”
Jorge Luis Borges
Artículo por Marykarla M. Olivares
La primera imagen que retengo de la exposición “Cómo describir a alguien que no conoce la lluvia, la dicha de pisar el barro” de Paulina Mellado presentada en la Galería Gabriela Mistral, es la vitrina de la galería que da hacia la vereda, completamente empañada de vapor. Un par de siluetas moviéndose por dentro, información incierta y borrosa. Al entrar, el texto curatorial de Céline Fercovic, proyectado en uno de los pilares de la galería, comienza con dos citas: una de Dougald Hine¹ “What do you do, after you stop pretending?”² y la otra de Clarice Lispector³ que dice “Necesito ser solo tierra. Y en cuanto a esta, todos la tienen bajo los pies. Era tan extraño sentirse vivir sobre una cosa viva”. Junto al escrito se encuentra documentación audiovisual que hace referencia a bosques, lagunas, flora y fauna.
El texto, datado en el año 51 DDT (Después de la Depredación Total), posiciona la muestra como si fuese una reproducción de lo que no pudimos presenciar, vivir o tocar, específicamente aquellas materias que hoy determinamos como “naturales”, concebidas como parte del imaginario que elabora la ciencia ficción. “Le proponemos recorrer sin prisa. Practicar la paciencia, la contemplación y el «estar». Así podrá tener un tiempo de calidad con gratas sensaciones, tal como los habitantes de nuestro pasado reciente disfrutaron tardes en compañía de ríos, lagos y montañas sentados sobre el pasto, por muy extraño que esto suene hoy, mirando los detalles de sus paisajes.” Escribe Fercovic, dando por hecho la pérdida total del ecosistema y de la vida natural.
El brusco cambio que produce pasar de la calle con mucho movimiento, tonos grisáceos y ruido, hacia una sala con muros blancos y el piso con cerámica, para finalmente entrar en un espacio blando, húmedo, caluroso y con el sonido tranquilizador del agua que cae, entrega una vitalidad que se traduce en las materialidades tratadas en su trabajo. La muestra de Mellado en Galería Gabriela Mistral se articula entre una mezcla de azúcar, flores y muchos colores⁴, pues encontramos plantas, pasto, superficies de plástico pintadas, tierra mojada, fuentes de agua, luces led, estructuras crisálidas para el descanso, un columpio para el juego y pasadizos cubiertos de mechones de lo que en las películas nos han inculcado como unicornios. Al estar dos horas recorriendo y observando cada detalle, en un punto me comencé a cuestionar si ese entorno creado e instalado entre las paredes de la galería es solo una propuesta inmersiva o si lo que pasa fuera de las vitrinas, ahí entre las calles de la Alameda con todo el bullicio y los cardúmenes de gente yendo y viniendo, es también otra forma de realidad aumentada, solo que normalizada, confirmando lo que postula el neurocientífico Anil Seth, que “la realidad es una alucinación controlada”⁵.
Al preguntarme esto, pienso que la exposición cumple una suerte de función de teletransportación futurista, convocándonos a sumergirnos en un centro de conservación de la naturaleza donde, hipotéticamente (y quisiéramos creer: lejano), el planeta se encuentra cubierto de microplásticos, desechos y elementos que hicieron de la tierra un lugar inhóspito. Para esto, Mellado propone darle vuelta a esta situación apocalíptica ofreciéndonos un espacio imaginado, liviano y húmedo, donde la naturaleza es capaz de coexistir junto a luces neón, glitter y fantasías.
“Me imaginé cómo íbamos a ser nosotros los humanos del futuro y cómo iba a ser nuestro contacto con la naturaleza. Me imaginé un futuro distinto, muchas veces cuando uno lee ciencia ficción o nos ponemos a pensar en cómo va a ser la naturaleza en el futuro, es todo muy deprimente y pesimista” Nos comenta la artista.
La tensión que produce el texto curatorial junto con la propuesta material problematiza la experiencia de la obra en sí misma. Se suelen pasar por alto los textos de las exposiciones, pero en este contexto genera incomodidad. Personalmente, intento hacerme la costumbre de siempre leer los textos curatoriales, puesto que la palabra para mí es un referente esencial y en ella encuentro elementos que desde el lenguaje equilibro con la propuesta plástica y viceversa. En este caso, pienso (e imagino) que si hubiese visto la exposición antes que el texto, el espacio se habría convertido en una experiencia escapista de la realidad, cubierta por una atmósfera positivista que ignora el panel actual en que se encuentra el estado delicado del planeta. Pero justamente, es que el texto se articula desde el contraste, pues releva una postura crítica en que la simulación de un ambiente natural junto a la artificialidad de los colores y los materiales, se ve en duda ante el agónico panorama que nos acecha la contaminación medioambiental en nuestro presente. Sin embargo, esto no se queda aquí, pues la propuesta de Mellado intenta acercarnos hacia la posibilidad de volver a encontrarnos en ese mundo donde conviven los contrastes, ya sean imaginados, pensados o soñados. Pienso que la obra debiera entenderse por sí sola, pero abrir la posibilidad hacia la reflexión sobre cómo repercuten las temáticas conflictivas, es un extra que concedo al diálogo que resulta entre el texto y la exposición.
Además, el día 31 de mayo la muestra contó con la participación de Bolgeri & Marín⁶, dueto conformado por Carla Bolgeri y Francisco Marín quienes realizaron una intervención sonora junto con el espacio. Si ya advertimos que la experiencia material y espacial de la exposición es palpable, añadir la dimensión sonora la vuelve completamente envolvente, pues lo que sucede a nivel auditivo es innegable, es el sentido que completa la información y vuelve creíble la atmósfera espacial. Para esta oportunidad, Bolgeri & Marín se propusieron trabajar un paisaje sonoro que se origine de la exposición y la espontaneidad, es decir, de la experiencia misma de habitar el espacio y de la correspondencia con el mismo.
“En la exposición yo transformo la galería en un centro de conservación de la naturaleza del futuro. Me imagino cómo va a ser nuestro contacto con la naturaleza cuando, en un futuro ojalá lejano, el planeta esté completamente pavimentado y cubierto de microplásticos, lo que además fue una ruina de la naturaleza cuidadosamente conservada. Me pongo también en los zapatos de estos seres del futuro que quizás no van a conocer la naturaleza en su estado más salvaje, sino solamente a través de fotografías y videos para tener que imaginarse cómo eran los parques nacionales, los jardines, las montañas, los ríos y los lagos.” Relata Paulina.
De esta forma, los videos que nos reciben en la primera sala se pueden leer como aquellos archivos escondidos en las profundidades del Internet, a los que su acceso es limitado debido a la escasez de reproducción de los mismos. También se pueden interpretar como aquellas memorias fotográficas que nos muestran nuestros padres en álbumes familiares, repletos de capturas en blanco y negro sacadas con cámara análoga y reveladas por Kodak o aquellos hallazgos que se encuentran al recorrer pasillos y galpones aglomerados de “reliquias antiguas” en el persa Bío Bío. Mi mamá aún guarda los negativos de sus rollos revelados y no se quiere deshacer de ellos, ¿será mi madre uno de los hipotéticos seres del futuro -de un pasado- de los que habla Mellado?
Cuando entrevisté a Paulina para hacer esta nota me compartió unas palabras que se quedaron grabadas en mi cabeza por un buen rato:
“Yo tengo mucha confianza en que nosotras las personas somos capaces de crear y si usamos nuestra imaginación podemos crear cualquier mundo que nosotros queramos.”
Asimilo la imagen inicial de la vitrina empañada con la incertidumbre que produce no tener claridad sobre cómo seguirá el transcurso de las cosas, tal como hundir los pies en el barro produce cierta inestabilidad, pues no hay un piso sólido desde el cual sostenerse. Sin embargo, al igual que Paulina, quisiera ver algo de descanso en esa oportunidad, pues es igual de posible que cualquier otra invitación a especular sobre mundos y futuros probables dentro del marco del desconocimiento.
Paulina Mellado (Temuco, 1986)
Vive y trabaja en Santiago de Chile. Licenciada en Artes Plásticas por la Universidad de Chile y Máster en Bellas Artes, AKV St. Joost, ‘s-Hertogenbosch, Países Bajos. Fundadora de Oficinas Meteoro (2019 hasta el presente) junto a Josefina Mellado, espacio de residencia y habitabilidad artística ubicado en el Barrio Diez de Julio, uno de los corazones más antiguos de Santiago. Cuenta con exposiciones individuales y colectivas nacionales e internacionales, residencias, colecciones y publicaciones. Entre sus muestras individuales, destacan las últimas tres realizadas en Santiago de Chile: “Pintor de huertos” (2018) en Local Arte Contemporáneo; “Formas de empezar un cuento” (2023) en Instituto Tele Arte y “Huellas de liebre” (2023) en Galería Patricia Ready. Recientemente, expuso la muestra titulada “Cómo describir a alguien que no conoce la lluvia, la dicha de pisar el barro” que estuvo desde el 12 de abril hasta el 14 de junio en Galería Gabriela Mistral. En su trabajo, utiliza materialidades como resina, elementos orgánicos y fibra de vidrio, estos le permiten recrear paisajes de fantasía que postula como catalizadores de mundos posibles gracias a la imaginación.
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¹ Autor británico y emprendedor social.
² Cita rescatada de The Dark Mountain Project (2009)
³ Chaya Pinjasivna Lispector o mejor conocida como Clarice Lispector (1920-1977) es considerada como una de las más importantes y reconocidas autoras brasileñas del siglo XX. Ha escrito relatos, novelas, libros infantiles, poemas, entre otros.
⁴ Frase alusiva a la serie animada Las Chicas Superpoderosas
⁵ Profesor de neurociencia cognitiva y computacional en la Universidad de Sussex, Reino Unido. Fragmento extraído de la charla TED titulada “Your brain hallucinates yout conscius reality” (Tu cerebro alucina tu realidad consciente), 2017.
⁶ Dueto que investiga y produce en los campos de la performance, música y artes intermediales. Durante 16 años llevan trabajando los cruces entre sonido, cuerpo y visualidad y cómo estos se identifican y desarrollan con el espacio. Han presentando su trabajo nacional e internacionalmente. https://bolgerimarin.com/
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Todas las imágenes son de autoría propia.